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Foto del escritorCasa Om Veda

Meditación en caminata


Cuando pensamos en alguien meditando, generalmente lo imaginamos sentado, con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, aislado y sereno en su propio mundo al que se puede llegar a través de la estasis corporal y el entrenamiento mental. De hecho, esta es una posibilidad, pero sólo una de muchas. Hoy quiero hablarte de otro tipo de meditación: la meditación caminando. Esta técnica de meditación es a menudo adoptada por grandes empresarios y personas exitosas que, incluso solo en el tiempo libre de la rutina laboral, logran disciplinar su mente a través de cursos cortos, por ejemplo, del escritorio a la sala de reuniones.



De que se trata

La técnica de meditación caminando nos permite calmar la mente mientras movemos el cuerpo, según un proceso que nos permite llegar a nuestro destino con la mente más clara que cuando empezamos. El primero en practicar este tipo de meditación fue el propio Buda, quien durante sus 40 años de despertar caminó descalzo por las diversas regiones de la India, solo o acompañado de una fila de seguidores que lo acompañaban en el camino.


La meditación caminando es un método excelente para disciplinar la mente aumentando el bienestar psicofísico, mejorando la capacidad de concentración, ayudándonos a recuperar el buen humor y aumentando la percepción de nosotros mismos.


A pesar de la curiosidad inicial, la idea de empezar a meditar caminando puede dar un poco de miedo: ¿por dónde empiezo? ¿Como lo puedo hacer? ¿Realmente me ayudará? No se preocupe: es más fácil de lo que piensa y estoy aquí para mostrarle cómo empezar.



Comienza en casa, lejos de miradas indiscretas que puedan avergonzarte y hacerte perder la concentración. Solo se necesitan 20 minutos: los primeros 10 para entender el mecanismo y asimilarlo y los siguientes para la práctica real. Si el espacio y el tiempo te lo permiten, te sugiero que lo hagas al aire libre, en el jardín, y lo pruebes tanto descalzo como con zapatos. No existe un método único para sentirse cómodo durante la meditación caminando. Las sensaciones varían de persona a persona y probar cada modalidad (adentro, afuera, con zapatos, con o sin calcetines, descalzo…) es la forma correcta de saber cuál te hace sentir más cómodo. Método

  • Comience con los pies paralelos y levante un pie de manera lenta y segura. Repita mentalmente la palabra avance.

  • Coloca primero el talón y luego toda la planta del pie, experimentando las sensaciones del contacto con el suelo, y repite, en tu mente, la palabra tocar.

  • A medida que cambia el peso de su cuerpo sobre el otro pie en "exploración", repita la palabra empujar en su mente.

  • Al levantar el otro pie, comience a percibir el equilibrio logrado y repita mentalmente la palabra permanecer.

Puedes apoyar el talón y luego la suela y seguir así todo el tiempo que quieras o necesites. ¿Fácil verdad?


Todo lo que queda es intentarlo y volver a intentarlo. Una vez que hayas hecho este primer intento, comienza a aplicarlo a tu "vida entre otros" (en la calle, en la oficina, en tu viaje diario). En este segundo caso es más fácil dejarse distraer del punto de partida (el pasado que estamos abandonando) y de la meta (el futuro hacia el que tendemos), pero paso a paso podrás centrarte en el aquí y ahora y avanza hacia la línea de meta con conciencia y un corazón más ligero que cuando te fuiste.



Beneficios de la meditación en caminata

El Buda describió cinco beneficios de la meditación caminando:

  • Cultivar la forma física y la salud del cuerpo.

  • Mejorar la capacidad de meditar

  • Nutre tu cuerpo y espíritu

  • Lo que come, bebe, mastica y saborea se digiere correctamente

  • La iluminación (samadhi) obtenida al caminar dura mucho tiempo

  • Todo lo que hacemos puede volverse meditativo, incluyendo comer, conducir, bañarnos, limpiar la casa y, por supuesto, caminar.

Históricamente, los monjes budistas en la India hicieron de caminar una parte crucial de su práctica diaria, siendo conscientes mientras caminaban mientras realizaban las tareas diarias. Para ellos era natural convertir el simple acto de caminar en una oportunidad para desarrollar la atención plena y la bondad amorosa. La meditación caminando también se convirtió en una actividad programada en la que los practicantes caminaban arriba y abajo (o en algunos casos alrededor de un camino circular) durante un tiempo determinado, en lugar de practicar la meditación sentada. Los períodos de meditación caminando ayudan al cuerpo a recuperarse de cualquier tensión que se acumule por la inactividad repetida. Pero también es una oportunidad para experimentar el cuerpo en acción. En la meditación sentada el cuerpo está quieto, mientras que en la meditación caminando podemos prestar atención a las sensaciones más intensas y fácilmente observables del cuerpo mientras se mueve.


La meditación caminando es quizás la forma de meditación más adecuada para el estilo de vida actual. A muchas personas les resulta difícil reservar tiempo para sentarse, pero casi todos caminan, aunque sea solo para ir al supermercado. Y dado que la mayoría de nosotros no hacemos suficiente ejercicio, la meditación caminando nos brinda la oportunidad de mantener el cuerpo y la mente saludables.


Conozco personas cuyas mentes están tan inquietas que les resulta difícil sentarse incluso durante unos minutos, pero a quienes les resulta mucho más fácil caminar con atención plena. Y hubo momentos en los que me sentí muy agitado y descubrí que caminar con atención me ayudó a calmar mi mente.


La meditación caminando también puede ser muy divertida. Nos ayuda a disfrutar de la experiencia de tener un cuerpo y puede ser muy sensual e inmensamente placentero.


Conclusión

La práctica es la clave en esta técnica de meditación: no te desanimes si las primeras veces encuentras que los pensamientos te distraen de las percepciones de caminar.


Déjalos fluir sin alimentarlos con otras preocupaciones, y poco a poco te darás cuenta de que percibir tus pasos se convertirá en una necesidad de tu mente. Con la meditación caminando podrás apreciar mejor el suelo, la tierra, los elementos que te rodean, así sean caminos, asfalto o edificios. Y caminar se convertirá en un maravilloso proceso meditativo.

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