La meditación "Yo soy" es una técnica de meditación trascendental que funciona a través de la repetición de un mantra. Su finalidad es permitirnos restablecer nuestra individualidad escuchando la voz que brota del yo interior. En este artículo descubrimos cómo funciona esta meditación, cómo se practica y cuáles son sus beneficios.
Descubrir nosotros mismos y liberarnos de los vínculos
Es muy común en estos días que la mente se ate a cierta emoción, a un objeto material o a una persona que de ninguna manera podemos erradicar de nuestros pensamientos. Este apego representa una fuente de malestar psíquico y espiritual. Uno de los hábitos más importantes que debes inculcar en tu mente para soltar las cadenas que te oprimen es la capacidad de romper ese vínculo con un cambio de perspectiva. Existes antes de los objetos que recolectas, antes de las personas que has encontrado en tu camino e incluso antes del cuerpo que alberga tu alma. Es muy poderoso y efectivo recordarle a la mente, a través de técnicas de meditación como la meditación "Yo soy", la verdadera identidad de tu ser interior. La meditación “Yo soy” tiene como objetivo recordarte que eres un ser único y especial, y que tus pensamientos, acciones y emociones no te definen. Eres la conciencia, el observador, la pantalla sobre la que se proyectan los pensamientos. Pero tú no eres los pensamientos.
La importancia de las afirmaciones
Nada sucede sin emoción. La única acción verdaderamente mental que realizamos es "saber", y puede decirse que es el primer paso de la mente para experimentar cualquier cosa. Sin embargo, este "conocimiento", sin sentir, no produce un efecto visible. Por poner un ejemplo concreto, podemos compararlo con un arquitecto que dibuja mentalmente el plano de un edificio, pero nunca pasa de la fase de diseño. Se necesita algo más que un simple dibujo antes de que alguien se ponga a trabajar en la construcción de una casa. Este "algo" es sentir. Si no hay un sentimiento que acompañe el diseño de la casa, la mente no se esforzará realmente por producir la casa. No es diferente en casos de éxito o fracaso, felicidad o dolor. Uno podría pasarse un siglo planeando o pensando en la felicidad y, sin embargo, no experimentarla. Esto se debe a que pensar o conocer sin sentir no puede producir experiencia, que es un estado tanto de conocer como de sentir. El elemento sentimiento logra o logra lo que la mente piensa o percibe. Las afirmaciones, como “Yo soy”, representan el vehículo que ayuda a canalizar la emoción hacia la manifestación o creación de un plan mental. En el caso de la meditación "Yo soy", el plan es nutrir nuestra autoestima, y la afirmación "Yo soy" es el catalizador emocional para lograr este propósito.
Como practicar la meditación del Yo Soy
La meditación "Yo soy" o " So Ham" es muy sencilla de realizar, pero tan poderosa que resulta eficaz tanto para quien se está iniciando en la meditación como para quien lleva algún tiempo meditando. La diferencia es que, para los que están empezando, el grueso del esfuerzo estará más en lograr el silencio mental para experimentar la sensación de ser. Para aquellos que han meditado por más tiempo y que han adquirido la capacidad de dejar de lado los pensamientos rápidamente, la meditación se centrará más en explorar la conexión y la extensión del propio ser, hasta que uno experimente el todo como uno. Primera fase: Posición
Comience sentándose tranquilamente en la posición de loto o medio loto:
cruce las piernas y mantenga la columna recta y los hombros relajados.
Coloque su mano derecha en Gyan Mudra (apuntando el dedo índice y el pulgar juntos para formar una O) sobre su rodilla derecha mientras mantiene el codo y la mano relajados.
Levante su mano izquierda frente a su Centro del Corazón y sosténgala a 15 cm de distancia de su pecho, con la palma plana. Los dedos apuntan a la derecha.
Ahora los ojos: entrecerrar los ojos, manteniendo los párpados abiertos durante una décima parte, y mantener la mirada al frente a través de los párpados.
Segunda fase: Respiración y mantra
Ahora que ha asumido la posición correcta, puede pasar a concentrarse en su respiración.
Tome un par de respiraciones profundas y luego vuelva a respirar normalmente; notará que la frecuencia de sus respiraciones disminuye gradualmente a medida que su cuerpo se relaja.
Con cada respiración comienza a pronunciar internamente el mantra "YO SOY": al inhalar YO alejar la mano izquierda del pecho hasta unos 30 cm, y al exhalar YO SOY volviendo la mano izquierda a la posición inicial (15 cm del pecho).
Trate de concentrarse tomando conciencia de su presencia, mientras su mano y su respiración se mueven rítmicamente y fortalecen su capacidad para mantener un sentido de sí mismo. El propósito del ejercicio es precisamente este: a través de la repetición del mantra y el movimiento lento de la mano, nuestro ego se expande fuera de nosotros, llevándonos a percibirlo en su totalidad.
Después de un par de minutos, y para ayudar a la concentración, cambie a la respiración cuadrada, por ejemplo, un 3-3-3-3 o un 4-4-4-4. 3 segundos inhalando "YO", 3 segundos en pleno silencio, 3 segundos exhalando "YO SOY", 3 segundos de vacío. En este punto no será necesario forzar las cosas hasta el cansancio.
El objetivo final es mantener tu atención enfocada en tu respiración y sensación de ser. Cuando alcances un nivel de silencio y autoconciencia que consideres adecuado, podrás abandonar esta respiración fija y disfrutar respirando con naturalidad. Si siente que se está distrayendo, puede volver a concentrarse con la respiración cuadrada.
Un buen momento para comenzar con este ejercicio es de 15 a 20 minutos, que se puede aumentar a media hora una vez que haya adquirido el ritmo adecuado.
Conclusión Gracias a la práctica de la meditación "Yo soy", podrás sentirte mucho más consciente de ti mismo y del espacio que ocupa tu conciencia en el mundo. Sabrás separar tu yo más profundo de conceptos demasiado materiales, de la dependencia de otras personas o de pensamientos demasiado intrusivos, sintiéndote finalmente libre de cualquier atadura mental. Practica esta meditación con regularidad para nutrir tu confianza en ti mismo y centrarte en ti mismo, mientras recuerdas y afirmas tu maravillosa individualidad. Todos somos seres únicos y especiales que merecen ser celebrados y amados.
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