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Cardo Mariano

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El protector del hígado 

El cardo mariano, nombre en latín Silybum marianum, es una planta medicinal muy extendida por toda la cuenca mediterránea. Las primeras descripciones de sus propiedades terapéuticas se remontan al primer tratado de fitoterapia, "De Materia Medica", escrito en el siglo I d. C. por el botánico y farmacéutico griego Dioscórides Pedanio.

La silimarina presente en el cardo mariano tiene una acción antioxidante y hepatoprotectora, lo que la hace indicada en las formas de padecimientos hepatocelulares de diversos orígenes (acelera el proceso de regeneración del hígado al aumentar la actividad metabólica de las células hepáticas; estimula la síntesis de proteínas; realiza una función de defensa contra varias sustancias hepatotóxicas, incluido el alcohol).

La acción hepatoprotectora que ejerce la silimarina se expresa a través de diferentes mecanismos de acción. En primer lugar, la silimarina -en particular, la silicristina y la silidianina que contiene- es capaz de proteger al hígado de sustancias tóxicas (como el alcohol y las toxinas), mediante una modificación de las membranas celulares de los hepatocitos.

 

Esta modificación, de hecho, evita que sustancias tóxicas y toxinas penetren en el interior de las células hepáticas. La silibina, por su parte, ejerce su acción hepatoprotectora al disminuir la producción de aniones superóxido por parte de las células de Kupffer y al inhibir la síntesis de leucotrienos en el hígado. Por lo tanto, la silibina juega un papel antioxidante y eliminador de radicales libres.

Además, la silimarina aumenta los niveles hepáticos de glutatión (un importante agente antioxidante endógeno), disminuye su oxidación y estimula la ARN polimerasa I a nivel del núcleo del hepatocito, favoreciendo así la regeneración del hígado. Se han realizado numerosas investigaciones sobre las propiedades de la silimarina antes mencionadas, de las que se desprende que esta sustancia es especialmente eficaz para proteger el hígado de la acción de distintos tipos de agentes tóxicos, como la tioacetamida, el tetracloruro de carbono, la galactosamina, la amanitina y la faloidina (esta Las dos últimas moléculas se encuentran dentro de los hongos venenosos).

Además, un estudio reciente también ha demostrado que la silibina y la silicristina son capaces de ejercer un efecto protector sobre los riñones del daño celular causado por el paracetamol, la vincristina y el cisplatino, a través del aumento de la tasa de proliferación, la estimulación de la síntesis de proteínas y ADN y el aumento de la actividad de lactato deshidrogenasa en las células renales. Además, los frutos del cardo mariano se utilizan en infusiones para el tratamiento, incluso a largo plazo, de trastornos dispépticos leves (uso que, además, ha sido aprobado).

Evitar tomar cardo mariano en caso de hipersensibilidad comprobada a uno o más componentes, en pacientes hipertensos del corazón (por la presencia de tiramina en las semillas) y en pacientes con obstrucción de las vías biliares.

Dosis aconsejada de 2 a 3 capsulas diarias (no consumir de noche) 

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